miércoles, 26 de junio de 2013

Biografía

Hola a tod@s, estoy preparando nuevas historias que seguro os van a gustar.
En breve las publicaré.
Saludos y que paséis buen verano

miércoles, 30 de enero de 2013

LA HUÍDA

Por los caminos del sol,
gitanos, madre, se acercan.
¡Cierra niña la ventana,
que no quiero que te vean!

Claveles rojos en la sien,
lleva la gitana aquella.
Y tres pulseras de oro,
con muchas monedas viejas.

¡Ay madre cuantos chiquillos
se bajan de la carreta!
¡Niña, por Dios, no lo mires!
que apenas si ropa llevan.

La madre cierra el postigo,
la niña, se va a la puerta.
A sudor le huele el aire
a vino y a hierbabuena.

Tarde de polvo y de cobre.
Ladrando un perro se acerca
para mirar a los gitanos,
que comen sobre la hierba.

Y se ríe el gitanillo,
sobre su pan con manteca.
El viejo gitano duerme,
y aquella gitana sueña.

El aire también gitano,
va tocando castañuelas.
Y están las flores bailando
sobre un tablao de canela.

La moza, sigue mirando
desde el quicio de la puerta.
El corazón galopando
se le deshace en las venas.

Que está la noche en el campo,
y el aire, cantares lleva.
Que está tu madre muy lejos,
y ese gitano muy cerca.

Por los caminos del sol,
gitanos se van, se alejan.
Ya no hay niña en la ventana,
los gitanos se la llevan.

EL HIJO DEL BANDOLERO

En una cuna de sombras,
duerme el chiquillo moreno,
que sueña con rosas blancas
y un río de mil espejos.

Arriba, en el cielo, luna,
abajo en el valle, un cuerpo,
en el cuerpo, una agonía,
y en la agonía un lamento.

Por la cañada desierta,
corre entre murmullos el viento,
y sube hasta la colina,
llevando flores de almendros.

En una cuna de sombras,
el hijo del bandolero,
sueña con caballos tordos,
y fajín de terciopelo.

La luna, contempla el valle,
el valle, da sombra al cuerpo,
el cuerpo es río de sangre,
que va la tierra bebiendo.

¡Viento! no lleves la queja,
hasta el chiquillo moreno,
que sueña con primaveras,
en madrugadas de inviernos.

la cuna hecha de sombras,
le siga, siga meciendo,
el arrullo de una nana
que tiembla, dentro de un pecho.

La sierra gime en la noche,
y su gemido es un eco,
que sube hasta la colina,
junto a un dormido lucero.

LAMENTO DEL VIERNES SANTO

                                                                             Dedicado a la Virgen del Valle

Ya viene, madre, ya viene,
¿no escucha usted las campanas,
y el redoble de tambores,
y el crujir de las pisadas?

Ya viene, madre, ya viene.
Abrid por Dios la ventana,
que quiero oler los claveles,
que va besando sus plantas.

Mírela como ya vuelve,
de recorrer calles y plazas,
con su carita de nieve,
húmeda de tantas lágrimas.

Es tan chiquita y tan suave,
y hay tanta pena en su cara,
que dan ganas de besarle,
esas manitas de nácar.

Pero yo no puedo, madre,
ni acercarme a la ventana,
para decirle entre llantos,
que ya no puedo cargarla.

¿Cargarla? ¡Mal me resulta la frase!
es más bonito, llevarla,
llevarla por los caminos
sobre unas fuertes espaldas.

Oíd cómo paso a paso
la piropean y cantan,
esas saetas que tiemblan
en las gargantas gitanas.

Cuántas veces he llorado,
y he mezclado con mis lágrimas,
ese sudor que hoy deseo,
volviera a mojar mi cara.

Porque sí, Virgen bendita,
fuí feliz mientras llevaba,
sobre mis hombros tu peso,
lo mismo que una medalla.

¿Qué importaban cuando a veces,
se mancharon mis alpargatas,
de sangre roja y caliente,
que crueles piedras causaran?

¿Cómo sentiré el dolor,
que a mis pies martirizaba,
cuando el tuyo era mayor,
Virgen y Reina Gitana?

Pero hoy ¡Virgen del Valle!
mis hombros ya no te cargan,
están enfermos y rotos,
ya no sirven para nada.

Cuidad de Ella, hermanos,
llevadla con suave calma,
para que hasta el mismo Dios,
se asome a contemplarla.

¡Adiós, Reina de la Calle El Sol!
No olvides esta ventana,
donde estaré cada año,
para verte cuando pasas.    
       

DOLOR

Y cogeré entre mis brazos,
tu figura inerte,
cerraré tus ojos,
que entreabrió la muerte.

Y besaré tus llagas,
y quitaré de tu frente,
una a una las espinas,
rota de amor, suavemente.

TU PRESENCIA

Si te estoy triste sintiendo hasta en mi sangre,
y noto tu aliento en mis mejillas,
si puedo Señor acariciarte,
con solo tener mis manos extendidas.

Yo vivo mi Dios por que Tu vives,
de tu savia me alimento cada día.
Soy el polvo de tus pies de caminante
quiero ser el punto Señor, donde Tu miras.

Y TÚ, ME AMASTE PRIMERO

Y me hiciste una gloria,
con golondrinas y almendros.
Con una fuente de vida,
para mis labios sedientos.

Y Tú me amaste primero.

Detuviste tu camino,
para salir a mi encuentro.
Yo, perdí en tu mirada,
y hallé la paz, sin saberlo.

Tomaste mi corazón,
como a pajarillo enfermo,
en tus manos, revivía,
¡yo ya.... lo creía muerto!

Y volví a mirar la vida,
y volví a mirar al cielo,
si tan cerca lo tenía,
¿cómo nunca pude verlo?

Proseguiste tu camino,
yo detrás, te voy siguiendo,
quiero, Señor esa gloria,
de golondrinas y almendros.

viernes, 25 de enero de 2013

MIÉRCOLES SANTO

                                                                                          A mi padre con cariño

Con el rostro ensangrentado,
sobre el polvo tus rodillas,
heridas y golpes en tus manos,
y lagrimas en las mejillas.

Así pasaste a mi lado,
Jesús de las tres caídas.

Solo un murmullo de rezos,
se puede llevar la brisa.
La noche se está muriendo,
entre velas encendidas.

Callado y lento tu paso,
lenta y larga tu agonía.

En cada naranjo en flor,
saetas quedan prendidas,
como jirones de encajes,
que al viento, ponen mantilla.

Dejando huella de sangre,
Jesús con la Cruz camina.

La luna, llorando plata,
cruza la calle dormida,
y entre las rejas, las flores,
se duermen, mientras suspiran.

¡Miércoles Santo bendito!
llevas a Dios de rodillas,
con el rostro ensangrentado,
y lágrimas en las mejillas


TU LLEGADA

Y se rompió la noche,
con tu llanto primero.
Fue como golondrina,
que alza el vuelo.

Se hizo agua la nieve,
en el arroyo.
Y la cuesta empinada....
ya era sendero.

Belén dormía,
con sueño inquieto.
El cielo se partía
entre luceros.

Y tomé en mis brazos,
y fue su aliento,
el que me hizo buena,
en aquel momento.

ESPERANDO AL NIÑO

Déjame acompañarte
en esta fría mañana,
que hasta Belén, hay camino,
y te encuentro tan cansada...

Yo te llevaré el atillo
donde la mudita guardas,
con sus puntillas de encaje
en las sabanitas blancas.

¡Cuánto amor llevas bordado,
en esas noches tan largas,
que al mismo sueño vencías
con tu agujita de plata!

Todo lo tenías previsto,
dejando en ello tu alma.
La cuna que hizo José,
con su cobertor de lana.

Ya se divisa Belén,
y aunque sé que estás cansada,
se han vuelto tus pies, palomas,
que vuelan, en tus pisadas.

La noche se está acercando,
con estrellas en la capa.
Las puertas se van cerrando,
y no hay lugar, en la posada.

Y encontró José, un establo,
con heno, que calentaba.
Con una mula y un buey
y con mi humilde.....compaña.


jueves, 24 de enero de 2013

OLVIDO

Y se volvió niño,
el hombre que me amaba.
Me borró de su mente
donde estaba guardada.

Ya no hay en sus ojos
aquella mirada
con que solía hablarme
sin decir palabra.

Que fría la alcoba,
que grande la casa,
se ha secado el huerto.....
nadie lo regaba.

Pasito a pasito
de el patio a la sala.
Sonríen mis labios,
me solloza el alma.

Se me volvió niño,
aquella mañana,
que borró mi nombre,
donde lo guardaba.

UN SOLO LATIDO

                                                                                   A Herminia y Arsenio, con todo
                                                                                   mi cariño en sus Bodas de Oro.

No se agotó de vuestra fuente la ternura,
ni dejó de dar sombra, el amor en la enramada.
Abandonó el ruiseñor, su nido en la espesura
para traernos sus trinos esta mañana.

Largos recorridos,
y siempre, con las manos entrelazadas.
Dos corazones y un solo latido......
que mucho sabe de risas y de lágrimas.

Por el ancho mar, vais navegando,
al viento, las velas desplegadas.
Despierto el pincel, vuela la pluma,
por el arte, vuestras almas abrazadas.

SÚPLICA

                                                                                        A mis hermanos Maruca y Rafael

Ventolera que en la noche
azotas cruel mi ventana,
no despiertes a la que duerme
en una cuna de plata.

Deja tus aullidos fieros,
enredados en la montaña,
igual que enredo mi pelo,
entre sus manitas blancas.

De amores le hice el lecho,
de caricias la almohada,
en las sábanas, mis besos,
en los encajes, mis lágrimas.

Cuando dormir la contemplo,
siento que llega mi alma,
ahogados los suspiros,
que salen de mis entrañas.

Sonrisas, lágrimas y besos,
todo en una palabra,
se me escapan de mi pecho,
hacia su cuna de plata.

Por eso tú, ¡ventolera!
no azotes más mi ventana.
Te lo suplica una madre,
que está cantando una nana.

"Y DE PRONTO..."

                                                                                         A la madre de mi marido, por
                                                                                         tanto amor como me ha dado.

Se quedó tu amanecer, sin día
y tu barca, en la playa, varada.
No dio el rosal, la rosa prometida
el porqué, se borro de tu mirada.

Eres, pero no eres,
algo se fue de ti muy de mañana,
una nube de algodón cubrió tu mente,
y del camino de la vida, tus pisadas.

Si estás aquí, pero te has ido,
mas sin soltar del todo las amarras,
no dejaste tu lugar vacío,
ni el sol se fue de tu ventana.

Niña de cabello blanco,
¡cuánto amor de tu mirar se escapa!.
Llenas los silencios, con tus risas,
porque el olvido se ha llevado las palabras.
Y de pronto.......

NANAS

                                                                                     A mi madre con cariño

NANA CANARIA

Arrorró mi niña chica,
que tu madre no está aquí,
se fue al cielo una mañana,
y te canta desde allí.

NANA CAMPESINA

Mi niña se ha dormido,
entre amapolas,
mientras recojo el trigo,
ya no estoy sola.

Mariposa bonita,
no la despiertes,
que no rocen tus alas,
su blanca frente.

Que bien huele la brisa
esta mañana.
Los trigales se mecen
junto a mi nana.

NANA CAMPERA

Nana, nanita
nanita ea,
cuatro caballos tordos
van por la era.

Cuando sea mayor mi niño
como su padre,
tendrá una casa en el campo
con olivares.

Cada vez que te ríes
tesoro mío,
es como oír el agua 
que lleva el río.

Nana, nanita
nanita ea,
el sol se está poniendo
sobre la era.

EL SUEÑO DE MI NIÑO

Duérmete niño chico
de mis entrañas,
no tengas miedo a la noche,
mamá te guarda.

Duérmete alegría
de mis pesares,
cada vez que te beso,
hueles a azahares.

A mi niño bonito,
yo le he comprado,
un balón de colores
y tres soldados.

miércoles, 23 de enero de 2013

A MI HIJO QUE NO LLEGÓ A NACER

Yo te soñé noches enteras
sintiendo ya mi sangre tu latido.
Yo te soñé y fuiste primavera
despertando a mi alma del estío.

El mundo fue mejor ante mis ojos
y yo..... me creía hasta más buena.
Fui pisando del camino los abrojos
pero el daño no sentí ni tan siquiera.

¡Ay cuánto te soñé, pequeño mío!
más mi sueño, solo eso, sueño era.
Te fuiste y mi cuerpo quedó frío,
contigo se fue la primavera.

MI NIÑA CHICA

                                                                                        A mi hija Auxi


Cuando presentí que llegabas a mi vida,
un mar sin orillas se abrió en mi pecho.
Mis manos extendí en bienvenida,
temblorosa de amor salí a tu encuentro.

Y te hice de mi sangre suave cuna,
mi corazón centinela de tus sueños,
no había en mí mas vida que la tuya,
no había en ti más caricia que mis besos.

Cuando presentí que llegabas niña mía,
un arco iris se pintó sobre mi cielo,
despertando de nuevo la ternura,
dormida en mí, tan largo tiempo.

ENTRE MIS BRAZOS

                                                                                          A mi hijo Alejandro


¡Ay! hijo si no crecieras,
y siempre fueses chiquito
y entre mis brazos vivieras.

No tendría este temor,
que tengo, cuando te alejas,
con tu menudo andar,
ansioso de cosas nuevas.

¡Ay! hijo si no crecieras,
naranjito de mi huerto
que con mi sangre se riega.

De noche cuando la luna
baja por las azoteas,
pienso ¡mi niño! que viene,
para llevarte con ella.

¡Ay! hijo si no crecieras,
tenerte siempre en el nido,
donde mi amor te proteja.

Mas ¿cómo detener los días
que se llevan tu inocencia?
¿Cómo decirle a los años
que no llamen a mi puerta?

¡Ay! hijo si no crecieras,
te tendría siempre en mis brazos
para que nunca te fueras.

EN UN AGOSTO TEMPRANO

                                                                                        A mi hija Mª del Pino


Tú llegaste con la aurora
en un agosto temprano.
Huella de luna en tu carne
y el primer rocío en tus manos.

Luceros de medianoche
trajo tu pelo enredados.
Olía el aire a albahaca,
a madreselva y a nardos.

Tú llegaste y mi cintura
se quebró igual que un tallo.
Mi dolor guardó silencio
para oír tu primer llanto.

Campanillas de cristal
se puso el sol en sus rayos.
De tanto azul, gemía el cielo,
y de tanto verde el campo.

Columpios de enredaderas.
Jardines con mil naranjos.
Allí donde había hermosura
mis ojos se iban posando.

Tú llegaste con la aurora
en un agosto temprano.
Ramito de clavellinas
que Dios dejaba en mis brazos.

Y TE DARÉ LAS GRACIAS

                                                                                         A mi marido


Cuando seamos viejos,
y a punto estemos de cruzar a la otra orilla,
cogeré tu mano y te daré las gracias,
por todo lo hermoso que pusiste en mi vida.

Por ese amor callado y grande,
al que nunca salpicaste de mentiras,
por esa honradez que tienes al mirarme,
y me llena de confianza y de alegría.

Por los hijos que tengo entre mis brazos,
por aquellos no nacidos todavía,
por aquél que vivió solo un instante,
pues no pudo con el peso de la vida.

Por ese trabajo cada noche,
que te roba el sueño y te fatiga,
por ese gran afán, por ese empeño,
de darnos el pan de cada día.

Cuando seamos viejos,
y juntos crucemos a la otra orilla,
te daré las gracias por lo que me diste,
mientras voy hacia Dios, de tu mano cogida.

AÑORANZA

                                                                   A mis hermanas con mucho cariño.

Cierro los ojos y vuelvo a casa,
allí me esperan mis padres,
allí están mis hermanas,
mi niñez dormida, pero nunca olvidada.

Cerrar los ojos, para despertar el alma.
Sujetar los recuerdos, que entre las manos escapan,
y me llenan de gozo,
y me cubren de lágrimas.

El árbol de mi vida tiene fuertes ramas,
no habrá nunca vientos,
que puedan arrancarlas.
Lo plantó el amor, lo regó.... mi casta.

Quiero cerrar los ojos,
quiero.... volver a casa.

DOLOR

Me faltan manos, Señor,
me faltan manos,
para bajar de esa Cruz
a Tu cuerpo maltratado.

Cubrir de besos Tu frente
mojar de sangre mis labios,
para cerrar esa herida
que abrieron en Tu costado.

Me faltan manos Señor.

Para consolar a Tu Madre,
poder cogerla en mis brazos,
y llorar con su dolor........
mezclar, mi llanto en su llanto.

Junto a la noche enlutada
voy sin tino, caminando.
No pude vencer Tu muerte
Señor, me faltaron manos.


SIEMPRE QUEDA UNA NANA

                                                                                       A la madre de un terrorista.

Deja que cante una nana,
a esta cuna vacía,
que llevo dentro del alma.

Mi niño está dormido,
su madre vela,
que nadie le quite el sueño,
con el que sueña.

Mi niño tiene una estrella,
en su almohada,
yo la cogí del cielo,
mientras bordaba.

A mi niño chiquito,
me lo robaron,
para hacer de mi ángel,
un hombre malo.

Ya no duerme mi niño,
en mi regazo.
Va escondiendo sus miedos, 
en otros brazos.

Mi niño ya no juega,
con sus juguetes.
A sus manos enseñaron,
para dar muerte.

¡Ay nana, nanita,
nanita ea!.
Siempre que miro al cielo,
falta una estrella.

A MIS AMIGAS QUE NO HAN MUERTO, ES QUE SE HAN IDO ANTES

Se fueron como golondrinas,
llenando de trinos la mañana,
llevan rocío en el pelo,
y de nácar, las sandalias.

El aire, que se ha vuelto loco,
tan pronto llora, que canta
y es que le han puesto un vestido
de mucho amor y muchas lágrimas.

Cogidas van de la mano,
entre nubes que se apartan,
para que vean el cielo,
con sus columnas de plata.

Rompe el silencio, sus risas,
han llegado a su Morada,
llevan el sol en la frente,
tienen a Dios, en la mirada.

GRACIAS

                                                                                 A Loli y Jesús con mucho cariño

Gracias hijo por haber venido.
Gracias por tu vida nueva,
por este amanecer que me has traído,
tras las largas noches de mi espera.

Por esta sonrisa de mis labios.
Por esta ternura que me aprieta.
por este gozo de saberte mío
mientras busco a Dios en las estrellas.

Gracias por este recorrido,
que junto hicimos hacia la ansiada meta.
Si largo y penoso fue el camino
ya mi corazón no lo recuerda.

Gracias hijo por haber venido.
Gracias por esta vida que me entregas
por este gozo de saberte mío
tras las largas noches de mi espera.


AMOR ADOLESCENTE

Él estaba en sus sueños de niña,
en sus sueños puros llenos de luz blanca
cuantas veces en los labios su nombre,
mezclándose siempre entre sus plegarias.

Amor primero, amor virgen,
amor soñado en noches de plata,
que pones dulzuras en los ojos,
e infinita ternura en el alma.

Ella es sólo niña, una flor temprana,
que se asoma risueña a la vida,
ofreciendo sus esencias más caras.

¡Oh! corazón ya marchito del hombre,
donde un día murió la esperanza.
¿Cómo cuidarías esa flor
que de barro jamás se manchará?

No salpiques sus blancos amores
con engaños impíos, con caricias falsas
que su alma nunca sienta frío,
que no encuentre vacías tus palabras.

Amor adolescente, amores sin ansias,
un rayito de sol en la nieve
que derrite su frío al besarla.

Esa fuente limpia y cristalina
ese arroyo que entre flores pasa.
¡No desvíe jamás su camino!
¡que jamás el cieno arrastre sus aguas!

DESDE MI BALCÓN

Desde mi balcón que da a la alameda,
en las tibias tardes los veo llegar,
vienen despacio cogidos del brazo,
buscando aquel banco donde el sol está.

Desde mi balcón les veo cada tarde,
envidiando un poco su felicidad,
ese limpio amor que brilla en sus ojos,
me causa alegría y pena de da.

Se sientan risueños como dos chiquillos
ajenos al mundo parecen estar,
se miran, sonríen, como enamorados
poniendo poesía en aquel lugar.

Yo curiosa les miro, les miro
sus rostros arrugados llenos de bondad,
sus cabellos blancos hechos plata y nieve
me inspiran pureza, respeto me dan.

Desde mi balcón que da a la alameda
miro tristemente como el sol se va,
y veo a los viejitos cogidos del brazo
que lentos, muy lentos, se van del lugar.

lunes, 21 de enero de 2013

EL REGRESO

Hoy he regresado al pueblo,
después de años de ausencia,
y en mi corazón se abren,
heridas que estaban secas.

Igual sigue el campanario
con su graciosa veleta,
y al pie el viejo convento,
"Hijas de Santa Teresa".

Luego tu calle, que huele a flores,
chiquillos jugando en ella,
las rejas de tu balcón,
cubiertas de enredaderas.

Todo me parece nuevo,
para mi alma sedienta.
La fuente de las palomas,
a la sombra de tu huerta.

Cruzo el prado, la cañada,
y me acerco a la encina aquella,
donde te dí el primer beso,
por tus quince primaveras.

Aún están nuestros nombres,
sobre la dura corteza,
el tuyo: María del Carmen,
el mío Juan, y la fecha.

Casi me parece verte,
sentada sobre la hierba,
la falda llena de flores,
y el sol prendido en las trenzas.

Y yo te dije te quiero,
y tú, de ternura llena:
- También yo, - me respondiste,
y el cielo, tuvo otra estrella.

Aquella noche los dos,
sé que la pasamos en vela,
y contamos los luceros
por la ventana entreabierta.

Otra vez vuelvo a tu calle,
el cielo pone en las piedras,
sus lágrimas de rocío,
en triste y callada queja.

El portal envuelto en sombras,
los blancos muros en tu huerta,
la reja de tu balcón,
cubierta de enredaderas.

Fue una tarde, sin sol para dar tibieza,
sin aire oliendo a albahaca,
que bajase de la sierra.

Con los labios sin color,
con la cara amarillenta,
- no puedo salir contigo,
- me dijiste en la puerta.

-¿Qué tienes?- Te pregunté,  
y ante mi mirada inquieta,
buscaste una sonrisa,
donde solo había una mueca.

- Si no es nada - y al mentirme,
ahogó tu pecho una queja,
que se clavó en mis oídos,
y retumbó en mi cabeza.

Tropezando como un ciego,
me retiré de tu puerta.
Se había quemado en tu frente,
el beso que puse en ella.           

Muchos años han transcurrido,
de la madrugada aquella,
en que la pasé llorando,
abrazado a tu candela.

Y no volví a verte más,
aunque fui tu centinela,
con los ojos en tu balcón,
y los sentidos alerta.
Te estabas muriendo dentro,
y yo... me moría afuera.

Hoy he regresado al pueblo,
después de años de ausencia.
La vejez sobre los hombros,
es todo lo que me queda.

LA ABUELA

Con el arrullo de la tranquila fuente,
mientras la brisa mece la joven rama
en el tibio regazo, el niño duerme,
la abuela lo besa con la mirada-

Para que no se despierte,
bajito, la abuela canta,
la misma nana, que entonces,
a sus hijos le cantaba.

No tiene noche ni día,
para su espalda cansada,
de tanto amor en sus caricias,
tiene las manos gastadas.

Son sus ojos centinelas,
que al niño protegen y guardan.
Hay bálsamo en sus labios,
para la herida que sangra.

El niño está dormido,
con un sueño sin fantasmas.
la abuela canta bajito,
lo besa.... con la mirada.

                                                             Yo veo a Dios en las
                                                                            sonrisas de mis nietos.
                                                                                                            P.L.

viernes, 18 de enero de 2013

CUANDO YO ME VAYA

Cuando yo me vaya ¡pobre esposo mío!
dejándote solo en el viejo hogar,
tus ojos cansados mirarán con cariño,
cada prenda mía, que quisiste guardar.

Cuando yo me vaya y te quedes solo,
¿Cuál de nuestros hijos te querrá llevar?
¿Cuál de ellos te dará los mimos,
que hace tanto tiempo dejaron de dar?

Tu andar cansado y enfermo,
tus humildes caprichos ¿les molestarán?
Dirán: es "chochera", si besas mi anillo,
y ante mi retrato rompes a llorar.

Cuando yo me vaya ¡pobre esposo mío!
y en el cementerio me quieras buscar,
aunque no me veas, yo estaré contigo,
y juntos iremos hasta el viejo hogar.

COPLAS

Hoy pasaste por mi calle,
y miraste mi ventana,
¡ qué lejos estaba en saber,
que yo también te miraba!

Si las lágrimas que por ti he derramado,
algún día las pudiera juntar,
en ellas desearía que te ahogaras,
aunque de nuevo tuviese que llorar.

A la agüita del río,
pregunté si me querías,
pero no me contestó,
por la prisa que tenía.

A CARMEN AMAYA

¿A dónde te has ido, Carmen,
en esta mañana blanca,
que están llorando las flores,
y las olas en la playa?

¿A dónde te has ido, dime,
que muda está la guitarra,
y suspirando el tablao,
y sin cante la garganta?

La masía está dormida,
bajo un doblar de campanas,
en el torreón tu duende,
te llama, Carmen, te llama.

Envuelta en blanca mantilla,
te alejaste una mañana,
parecías un jazmín,
que el viento se lo llevaba.

¿Qué sendero recorriste,
con tus pies hechos de ámbar,
en qué nube te perdiste,
como una rosa temprana?

Mujer de fuego y de bronce
tú, que llevaste a España,
por los rincones del mundo,
como bandera en su asta.

Tú dejabas corazón,
por doquier donde pisabas,
eras antorcha de vida,
que por dentro se quemaba.

Te has ido Carmen, te has ido,
como en un batir de palmas,
igual que se muere un cante,
como un zapateo, se apaga.

COMO TÚ ME HICISTE

¿Qué me reprochas? ¿De qué te quejas?
soy como tu me hiciste,
como tú mismo quisiste.
¿Qué culpa me hechas ahora?

Si a tu amor no me confío,
si me río de tus promesas,
¿Cómo quieres tú que sienta,
si no es lo que he aprendido?

Tú quieres que sea ayer hoy, 
y que mi noche sea día,
ser verdad  y no mentira
quieres que sea y.... no soy.

Déjame pues y no te quejes,
del cambio que tú me diste.
Soy tal como tú me hiciste.
¡No recuerdo como era!

SIENTO LA MUERTE

Calla ¡madre! y no hables,
cállate y no digas nada,
¿no ves que ya está la muerte,
acariciando mi cara?

Fíjate como sus dedos,
se hunden en mi garganta,
para ahogarme los gemidos,
para ahogarme las palabras.

Mira ¡madre! como ríe,
¿no la ves junto a mi cama,
acariciando mis manos
con las suyas, tan heladas?

¿Oyes la fuerza del viento
azotar a la ventana?
¡madre! ya huelo a muerto,
abre y que el viento lo barra.

Siento el corazón latir,
como latidos que se apagan.
Quiero mi sangre sentir,
caliente, en vez de helada.

¿Quién ha apagado la luz,
que iluminaba la estancia?

¿Por que no te veo ¡madre!
ni oigo ya tus plegarias?

Siento la muerte a mi lado,
y sus brazos que me abrazan.
Siento que llega mi fin,
siento.... que no siento nada.

AL POETA DE JEREZ ANTONIO GALLARDO

Hoy lleva la poesía,
mantilla y bata de cola,
castañuelas entre los dedos,
y andares de faraona.

Hoy lleva la poesía,
en la garganta mil coplas,
y mil amores en el pecho,
y gusto a menta en la boca.

A ver a Antonio Gallardo,
va la poesía toda.
Tres gitanos la acompañan,
morenos como la sombra.

Poeta de verde luna,
diría de ti, García Lorca.
Manos de fuego y de bronce,
donde el verso se deshoja.

Antonio de los cantares,
el poeta de las rosas,
el del toro junto al río,
el de la Virgen llorosa.

Por ti hoy la poesía,
se ha puesto bata de cola,
castañuelas entre los dedos,
y se siente faraona.

Por ti se ha hecho mujer,
por ti, Antonio, se ha hecho copla
y lleva amores en el pecho,
y gusto a menta en la boca.

jueves, 17 de enero de 2013

LA MADRE

Cuando tú vuelvas,
y empujes la puerta del huerto,
chillarán sus goznes oxidados,
y mi corazón chillará aquí en mi pecho.

Cuando tú vuelvas,
tendrán flores el almendro,
y flores nacerán aquí en mi alma,
llenando de perfume tu recuerdo.

Cuando tu vuelvas,
saldrán mis brazos a tu encuentro,
y en mis ojos hallarás tanta ternura...
borrando de los tuyos todo el miedo.

Y te haré sentir de nuevo niño,
cuando volvías a casa anocheciendo.
¿Qué importa dónde estabas, lo que hiciste?
Solo importa, hijo, que ya has vuelto.

DESGARRO

                                                                                      Dedicada a los niños, víctimas
                                                                                      inocentes de la guerra.

Me duele cuando miro tu mirada,
cuando escucho en tu silencio, tanto grito,
cuando muestras tu carne avasallada,
me duele.... y no puedo estar contigo.

Me duele la sed de tu garganta,
y el hambre de tu estómago vacío,
ver la muerte rozándote la cara,
me duele ... y no puedo hallarte en mi camino.

Me duele no poder tender mi mano,
hundiendo mis dedos entre tus rizos,
hacerte con mis brazos, cuna blanda,
donde puedas dormir, pequeño mío.

Me duele tu dolor, me duele tanto,
que solo encuentro respuesta cuando miro,
clavado a mi Dios, agonizante,
y en sus ojos tu mirada y tus gritos.

RENUNCIA

Adiós mi amor, Dios te bendiga.
Adiós mi amor, sigue soñando,
que es joven la mañana todavía
y el beso del rocío te hará daño.

Duerme vida mía, duerme,
mientras me alejo de tu lado,
con el alma cargada de recuerdos,
que llevarán la sonrisa hasta mis labios.

Te amo, te amo tanto......
( y me llegué a reír del amor un día).
Me voy de ti, y me voy llorando,
el que ya el llorar sabía.

Mas no importa mis lagrimas y mis quejas,
libre te deja el gavilán, paloma mía,
habrá para ti más primaveras,
que te harán más hermosas todavía.

Adiós mi amor, sigue soñando.
Adiós, y que Dios bendiga
ese corazón, tan noble y sano,
que hizo a un hombre malo, bueno un día.