A mi hijo Alejandro
¡Ay! hijo si no crecieras,
y siempre fueses chiquito
y entre mis brazos vivieras.
No tendría este temor,
que tengo, cuando te alejas,
con tu menudo andar,
ansioso de cosas nuevas.
¡Ay! hijo si no crecieras,
naranjito de mi huerto
que con mi sangre se riega.
De noche cuando la luna
baja por las azoteas,
pienso ¡mi niño! que viene,
para llevarte con ella.
¡Ay! hijo si no crecieras,
tenerte siempre en el nido,
donde mi amor te proteja.
Mas ¿cómo detener los días
que se llevan tu inocencia?
¿Cómo decirle a los años
que no llamen a mi puerta?
¡Ay! hijo si no crecieras,
te tendría siempre en mis brazos
para que nunca te fueras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario