Se fueron como golondrinas,
llenando de trinos la mañana,
llevan rocío en el pelo,
y de nácar, las sandalias.
El aire, que se ha vuelto loco,
tan pronto llora, que canta
y es que le han puesto un vestido
de mucho amor y muchas lágrimas.
Cogidas van de la mano,
entre nubes que se apartan,
para que vean el cielo,
con sus columnas de plata.
Rompe el silencio, sus risas,
han llegado a su Morada,
llevan el sol en la frente,
tienen a Dios, en la mirada.
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