Y me hiciste una gloria,
con golondrinas y almendros.
Con una fuente de vida,
para mis labios sedientos.
Y Tú me amaste primero.
Detuviste tu camino,
para salir a mi encuentro.
Yo, perdí en tu mirada,
y hallé la paz, sin saberlo.
Tomaste mi corazón,
como a pajarillo enfermo,
en tus manos, revivía,
¡yo ya.... lo creía muerto!
Y volví a mirar la vida,
y volví a mirar al cielo,
si tan cerca lo tenía,
¿cómo nunca pude verlo?
Proseguiste tu camino,
yo detrás, te voy siguiendo,
quiero, Señor esa gloria,
de golondrinas y almendros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario